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DONDE ME DOY VUELTA LA CHAQUETA Y ME DECLARO AMIGO DEL IMPERIO

Por: Louis Casado

Artículo publicado por El Periodista

Hace algunos días, el líder de uno de los partidos de la Concertación [de partidos gobernantes en Chile] declaró que no desearía que su hijo viviese, como él, una dictadura. Y concluyó diciendo que no haría nada que pudiese ser interpretado como un pretexto para un golpe de Estado. Razón lleva el líder. Yo tampoco quisiera repetirme los espárragos, habida cuenta, entre otros, que dos de mis hijos fueron expulsados del territorio nacional con prohibición de volver, cuando tenían uno y dos años de edad respectivamente.

Y para no cagarla por inadvertencia, establecí una lista de las razones por las que el imperio ordena los golpes de Estado. Fue fácil. Sólo hay una. Veamos. Por allá por el año 1950 Mohamed Mussadegh, entonces Primer Ministro de Irán, decidió nacionalizar el petróleo. La British Petroleum puso el grito en el cielo y el Primer Ministro británico se fue a quejar ante Dwight Eisenhower, el jefe del imperio. Este último, ni corto ni perezoso, ordenó el golpe de Estado que, en agosto de 1953, terminó con Mohamed Mussadegh en prisión hasta el fin de sus días.

Esto y lo que sigue no lo invento yo, lo confiesan ahora en la televisión, muy orondos, los ex jefes de la CIA. Guatemala, otro ejemplo. En 1951, Jacobo Arbenz llegó al poder en ese bello país centroamericano. Y anda a saber porqué, se le ocurrió construir un puerto para que los pequeños productores de banana pudiesen competir con la United Fruit. No contento con esa enorme provocación, instauró un modesto impuesto a las exportaciones de banana para financiar sus programas sociales. En esa época Allen Dulles era el capo de la CIA, y su hermanito Foster el Secretario de Estado del imperio. Como el azar hace bien las cosas, ambos habían sido abogados de la United Fruit y continuaban colaborando con esa compañía. De modo que no fue difícil hacerle comprender a Eisenhower el peligro que representaba para la seguridad de los Estados Unidos el impuesto a las bananas. Una vez más, la CIA organizó un golpe de Estado. Que tuvo lugar en junio de 1954. Jacobo Arbenz se despidió del poder con una alocución radial en la que dijo: "Han utilizado el pretexto del comunismo. Pero la verdad es diferente. La verdad hay que encontrarla en los intereses financieros de la compañía frutera y los de otros monopolios norteamericanos que han invertido en Latinoamérica. Y en el temor de que el ejemplo de Guatemala pudiese ser seguido por otros países latinoamericanos". ¿De donde habrá sacado eso Jacobo Arbenz?

No contento con lo que ya te conté, para estar seguro de mi lista de razones valederas para un golpe de Estado, examiné otros ejemplos. Arturo Illía fue elegido Presidente de Argentina el año 1963. Por alguna extraña razón, -tal vez Illía fuese masoquista-, tomó la decisión de anular los contratos que le permitían a un par de compañías extranjeras saquear el petróleo argentino. ¿Me sigues? En 1966, gracias a la oportuna intervención de la CIA, las FFAA argentinas dieron un golpe de Estado y reemplazaron a Illía por un chimpancé llamado Juan Carlos Onganía. Algo similar le ocurrió a Joao Goulart en Brasil, en abril de 1964. Y a... Pero no te quiero aburrir con la larga lista de golpes de Estado provocados, organizados y financiados por el imperio. Lo cierto es que en 1970, en la fértil provincia y señalada de la región antártica y famosa, elegimos Presidente a Salvador Allende. Quién, en una demostración de osadía sin límites, nacionalizó el cobre con la aprobación unánime del Parlamento. El resultado ya lo conoces. Otro chimpancé.

De ahí que mi lista de razones valederas para un golpe de Estado sea tan corta. Sólo hay una: perjudicar, aun en modo leve, los intereses del imperio. De ahí que, siguiendo el sabio ejemplo del líder, me de vuelta la chaqueta y me declare amigo del amo. De ahora en adelante, apoyo el TLC. Y renuncio a cuestionar los intereses del imperio. Renuncio a exigir que se cobren impuestos o royalties a las mineras del cobre. Ese que le fue devuelto al imperio en prueba de nuestra buena voluntad. Para que no nos diesen otro golpe de Estado. Cometida mi felonía, sólo me queda una dificultad. Tengo que habituarme a la idea de que es preferible vivir en un país dirigido por líderes serviles que bajo la dictadura de otro chimpancé.

  

La Comunidad Chileno-Canadiense de Edmonton expone una serie de documentos de interés para la reflexión y el análisis. Su publicación en Portal Chileno no implica que los textos aqui publicados sean compartidos, parcial o completamente, por esta organizacion. Los temas serán variados y en general, serán reproducciones de otras publicaciones.

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