PINOCHET NO HA LOGRADO PROBAR SU INOCENCIA
Entrevista a Viviana Díaz
Alejandra Córdova Rojas
Tomado de La insignia. Chile, julio del 2002.
En un fallo histórico para Chile, la Corte Suprema, máxima instancia judicial del país, decretó el sobreseimiento definitivo del general retirado Augusto Pinochet Ugarte por su participación en los crímenes cometidos por la Caravana de la Muerte, comitiva militar que recorrió el país ejecutando dirigentes y partidarios del derrocado gobierno de Salvador Allende en septiembre de 1973. En síntesis, el dictamen se sustenta en la inhabilidad mental de Pinochet para afrontar un proceso: una especie de pérdida temporal de la memoria que impide al octogenario militar recordar aquellos episodios que enlodaron la historia política chilena. El fallo provocó desazón en sus detractores, alivio al Gobierno y sin duda un gran respiro para sus familiares, quienes se han empeñado en defender la imagen bondadosa y compasible de un anciano que -según señalan- se ha visto enfrentado a la mayor de las injusticias.
Viviana Díaz, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), lamenta la "incapacidad" de los tribunales chilenos para hacer justicia en materia de violación a los Derechos Humanos. Más aún en un tercer gobierno democrático que vela más por la salud del ex uniformado que por esclarecer la verdad sobre el paradero de los detenidos desaparecidos.
En conversación con La Insignia, Viviana Díaz reconoce que la esperanza es el alimento diario de esta agrupación, una bandera de lucha que les permite mantenerse de pie y exigir el derecho históricamente más reivindicado: la justicia.
-¿Qué significa para la Agrupación que preside el fallo que exculpa a Pinochet de los crímenes cometidos por la Caravana de la Muerte?
-Lo interpretamos como un nuevo acto de impunidad de parte de los tribunales de justicia. Una vez más la Sala Penal insiste en su denegación de justicia hacia los familiares de las víctimas. Con esta resolución deja a Pinochet sobreseído definitivamente, inhabilitado mentalmente, incapacitado de tener derecho a un debido proceso y eso lo exculpa de todo lo que ocurrió en nuestro país. Teniendo la posibilidad de reivindicarse ante la historia por esta actitud cómplice que tuvieron en el pasado se insiste por esa misma vía. Esto implica una decisión política, de buscar una solución a Pinochet. Por otro lado para nosotros él no está inhabilitado, no está ni loco ni demente y por lo tanto está en condiciones de enfrentar un juicio entendiendo que una vez procesado no irá a una cárcel por el hecho de tener más de 80 años, pero eso no lo exculpa de su responsabilidad en los crímenes cometidos y específicamente en el proceso Caravana de la Muerte, donde no queda como inocente. Ha sido sobreseído definitivamente pero su culpabilidad persiste, no pudo demostrar en la etapa previa del proceso su inocencia.
-¿Cómo cree que es visto por la comunidad internacional el dictamen de la Corte Suprema de Justicia?
-Todos interpretan este fallo como la solución al problema de las violaciones a los Derechos Humanos, como algo que va a permitir dar vuelta la hoja y mirar al futuro. Se equivoca la gente que piensa que con esto aquí todo ha terminado. Como organización seguiremos exigiendo por un derecho que nos corresponde y es saber qué pasó con nuestros familiares, donde fueron dejados y que los culpables sean procesados, juzgados y castigados porque Pinochet no es el único, basta con recordar nombres como el del general retirado Sergio Arellano Stark; el brigadier Pedro Espinoza y tantos otros. Por lo tanto no se trata de decir borrón y cuenta nueva.
-¿La AFDD alimentó en algún momento de este largo proceso judicial, la posibilidad que Pinochet pudiera ser enjuiciado?
-Después de la detención de Pinochet en Londres por orden del juez español Baltasar Garzón y luego de ser desaforado en Chile por la Corte Suprema, llegamos a tener la esperanza de que era posible juzgarlo en nuestro país de acuerdo a los compromisos adquiridos por el Gobierno chileno de invocar razones humanitarias para traerlo de regreso a nuestro país, porque de no haber sido de una decisión política Pinochet nunca habría vuelto a Chile. Habría sido extraditado a España porque así lo demostraban las resoluciones en Inglaterra y por eso vemos que aquí el Gobierno ayudó a Pinochet para lograr su retorno al país y hoy día se le facilita una fórmula en que él podrá irse a su casa sin que nadie le pida mayores cuentas de lo que hizo.
-¿Este fallo demuestra -a su juicio- la "incapacidad" de los tribunales chilenos para hacer justicia en materia de Derechos Humanos?
-Estamos cada vez más convencidos de que aquí hay una voluntad política de seguir amparando a Pinochet, porque se piensa más en su salud que en quienes fueron detenidos, torturados, asesinados y hechos desaparecer como es el caso de nuestros familiares. Nuestros familiares no tuvieron derecho a nada. Ni a un juicio ni a un debido proceso, no hubo nada para ellos. Nosotros siempre dijimos que Pinochet si tenía derecho a ello pero nunca pensamos que iba a ser de la forma en que se ha hecho.
-Dirigentes de la agrupación han anunciado que apelarán a los tribunales internacionales. ¿Qué hay de cierto en ello?
-Siempre hemos dicho que una vez acotadas las vías judiciales en Chile quedan las instancias internacionales. De hecho el año 96 cuando se inició el juicio en España fuimos nosotros como organización los primeros en hacernos parte de ese juicio cuando en Chile nadie creía que era posible, pero nosotros teníamos la confianza que si el derecho aquí en Chile nos impedía el avance de la justicia estaba ese juicio y no nos equivocamos porque por lo menos al cabo de dos años terminó con la detención de Pinochet y ese proceso continúa abierto. Pero se han hecho todos los esfuerzos para que en España ese juicio no prospere, pero hoy día renacen las esperanzas. No es fácil estar en esta organización, 25, 26 años si no fuese por el convencimiento de que tenemos la razón y de que cuando luchamos, luchamos porque tenemos la convicción de que es la única manera de garantizar que nunca más se violen los Derechos Humanos en nuestro país.
-Augusto Pinochet presentó su renuncia voluntaria al Senado, donde fue durante seis meses senador vitalicio proclamado por su misma Constitución Política. ¿Qué opinión le merece que esta decisión haya sido materializada a través de la iglesia católica, en este caso a través del cardenal arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Javier Errázuriz?
-Nos sorprende que una vez más sea un dignatario de la Iglesia el que hace entrega de esta carta al Senado. Si uno retrocede en el tiempo el informe de las Fuerzas Armadas se entregó a través del vicario castrense, obispo Pablo Lizama. Se puede concluir entonces que aquí se unieron todos los sectores para buscar una salida. A nosotros nos enfrenta a un panorama mucho más difícil y complejo porque durante la dictadura el enemigo era uno solo: las Fuerzas Armadas y hoy día tenemos a un Gobierno que no está comprometido con lo que ha ocurrido en relación con el caso de nuestros familiares.
-¿Cómo evalúa el rol de la iglesia católica en la entrega de la información?
-La Iglesia de hoy no es la misma de la dictadura. Desde el día en que la Iglesia Católica chilena resolvió dar por finalizada su labor en la Vicaría de la Solidaridad, traspasó la responsabilidad al Estado y de ahí en adelante su compromiso ya nunca más fue el mismo que hubo antes. Por lo tanto la Iglesia ha jugado un rol pero no con la misma intensidad que hubo en el pasado. Hoy día no vemos a una iglesia comprometida, situación que le hemos planteado muchas veces al cardenal Errázuriz, quien ha señalado que "de tanto exigir justicia se podría derivar en injusticia". Le planteamos que a nosotros no nos anima una sed de venganza sino que lo que queremos es justicia y si el tiempo ha transcurrido no es responsabilidad nuestra sino que porque aquellos que tienen la información no la han entregado.
-¿Cómo cree que la historia recordará a Pinochet?
Tiene que recordarlo como es, como un hombre que terminó con un gobierno elegido democráticamente al dar un golpe de Estado, un hombre que no trepidó en ordenar cometer los más graves crímenes al mandar detener hombres, mujeres, jóvenes, mujeres embarazadas. Lo tendrán que recordar por sus propios dichos, cuando le preguntaron al descubrirse en el patio 29 del cementerio general de porqué había en tumbas más de dos o tres personas enterradas y dijo que había sido por razones de economía. Con esa frase una puede dejar en claro quien fue Pinochet, sus propios dichos lo retratan. Sin duda es el principal responsable de todo lo que ocurrió.