PROPUESTA BASICA PARA UN TRATAMIENTO POLITICO
DEL CONFLICTO ENTRE EL ESTADO CHILENO Y LA NACION MAPUCHE.
Colectivo Mapuche Por La Autodeterminación y Autonomía de la Nación Mapuche.
Temuko
Al cumplirse un mes del tercer gobierno de la Concertación, su
ofensiva política y comunicacional ha mostrado el nuevo estilo de
gobernabilidad que Ricardo Lagos quiere imprimir desde la Moneda,
para dejar en claro con esto la delgada línea que lo separa de su
antecesor, Eduardo Frei. De este
modo, de las fiestas populares del cambio de mando, se pasó
a los anuncios populistas y de ahí a las medidas aceleradas para
enfrentar los denominados "problemas prioritarios", entre ellos el conflicto
mapuche.
Para este último, se creó una "Mesa de Diálogo",
que tiene como objetivo concreto la formulación de propuestas y
medidas que en un plazo de cincuenta días (a partir del 16 de marzo)
establezca las bases de un nuevo trato del Estado y la sociedad chilena
con los pueblos indígenas. Por ello, a diferencia del proceso
de diálogos comunales que se impuso bajo el gobierno de Frei, esta
iniciativa incorporó a exponentes de otros pueblos y sectores sociales.
Si bien en la ceremonia de constitución el gobierno señaló
la presentación de lograr una "solución definitiva", y algunos
de los exponentes mapuche oficialistas manifestaron la necesidad de tratar
los "temas de fondo", ninguna de las partes ha clarificado los alcances
de ambos calificativos. Aunque se pudo suponer que ello significaría
profundizar en el conflicto, con el correr de los días diversas
situaciones y opiniones desde dentro y fuera de la mesa comenzaron a indicar
que ambos aspectos enunciados están lejos de aparecer en los propósitos,
haciendo tambalear la iniciativa.
La serie de opiniones de sectores políticos y mapuche desde fuera
de la mesa, criticaron la presencia de mapuche militantes de la Concertación
de dudosa representatividad social, y la ausencia de los sectores mapuche
y comunidades que realmente están en conflicto, las cuales han señalado
condiciones básicas para participar en una iniciativa como ésta,
sin precisar tampoco a que se refieren dichas condiciones.
Se suma a todo esto, las críticas a la nueva autorización
para el reinicio de las obras de construcción de la represa Ralko,
emanada desde la contraloría el último día de mandato
de Frei.
Por otra parte existen factores internos asociados, por un lado, a las
contradicciones de óptica (más que de estrategia) entre sectores
de la salud y anterior administración que tuvo como consecuencia
la renuncia de Rodrigo González como Director de la Conadi, y por
otro lado, a los intereses políticos superficiales de los mapuche
oficialistas que se derivan de las propias contradicciones y pugna de intereses
de los partidos chilenos de la concertación.
De lo anterior se desprenden las contradictorias declaraciones de los
consejeros José Santos Millao (cada vez más ligado a la concertación)
e Hilario Huirilef (PPD) que partieron colocando condiciones al diálogo,
luego amenazaron con abandonar la iniciativa por la nueva autorización
para
Ralko, y terminación señalando que el tema era uno más
y que había que seguir en la mesa.
La anterior conducta no es aislada, para los consejeros mapuche Ralko
se ha venido transformando en los últimos años en el "caballo
de Troya" por medio del cual han obtenido beneficios políticos a
costa del movimiento mapuche, sin que hayan mostrado ninguna iniciativa
concreta para detener la
construcción de la hidroeléctrica. Con una actitud
similar han actuado los consejeros de otros pueblos indígenas los
cuales se ha dedicado a estar al acecho de los beneficios que se
derivan de la lucha mapuche, pero muy a la distancia de los conflictos.
Se debe sumar a lo anterior, las falsas
contradicciones que buscan generar para el movimiento mapuche cada
vez que se debe designar un director de la Conadi. Sea o no mapuche
(indígena)quien la dirija, en nada cambiará su naturaleza
y objetivos.
Si bien estos factores son elementos importantes a considerar, hay que
tener muy claro que son contradicciones propias del gobierno y de los partidos
chilenos, que obedecen al agotamiento y fracaso de los marcos políticos
e institucionales que tradicionalmente ha impuesto el Estado chileno para
resolver "la problemática mapuche", y que en los últimos
años se han hecho ineficaces para responder a las características,
necesidades y aspiraciones política de la sociedad mapuche contemporánea.
Estos elementos no hacen más que ocultar el conflicto político
de fondo, la negación por parte del Estado chileno de los derechos
políticos colectivos que emanan de nuestra condición de nación,
y en consecuencia la falta de soberanía para determinar libremente
el tipo de relación que se quiere
establecer con el Estado y las demás naciones originarias.
Como no ha sido considerado este carácter del conflicto, la Mesa
de Diálogo no es más que un medio para imponer a la sociedad
mapuche el proyecto del Estado y la opción de los partidos chilenos
y no un instrumentos valido para las aspiraciones y derechos como nación.
Por lo dicho, el movimiento mapuche debe construir y debatir un nuevo
marco de tratamiento político del conflicto como instrumento válido
que contribuya a restituir los derechos y superar las actuales y futuras
contiendas. En este sentido nos parece adecuado plantear los
temas que son trascendental para iniciar un proceso de conversación
entre el la Nación Mapuche y el Estado Chileno, en la medida
que el gobierno este dispuesto a conversar estos temas se estaría
dando paso para establecer una mesa de dialogo; estos dicen relación
con:
- Reconocimiento explícito del Estado Chileno
de su responsabilidad histórica y política de las condiciones
actuales del pueblo mapuche y del conflicto.
- Reconocimiento explícito por parte del
Estado Chileno de los derechos políticos colectivos que emanan de
nuestra condición de nación; Derecho a autoafirmarnos como
nación; Derecho a un Territorio, derecho a la Autodeterminación
y a la Autonomía.
- Reconocimiento de todos los agentes mapuche con
posibilidades de llevar a una solución política el conflicto.
- Reconocimiento y respeto por los resultados del
proceso político que iniciaremos como nación. A nuestra
palabra no se le puede colocar límites. Este es un criterio
básico para adoptar decisiones con entera libertad.
- Paralización de todas las obras que afectan
al territorio mapuche como señal de reconocimiento y respeto de
nuestros derechos.
COLECTIVO MAPUCHE
POR LA AUTODETERMINACION Y AUTONOMIA
DE LA NACION MAPUCHE
Temuko,Territorio Mapuche, Abril de 2000